Meiga (De Wikipedia, la enciclopedia libre)

 

La palabra meiga viene del latín magicus y se emplea en Galicia (y menos en las provincias de León y Asturias), con el significado de «persona de poderes extraordinarios o mágicos y que puede pactar con el diablo» (en muchos aspectos son el equivalente a las brujas).

La figura de la meiga está muy arraigada en la tradición popular, y se diferencia de la bruja en que esta última actúa siempre con maldad, pudiendo tratar y hasta pactar con los demonios, y sin embargo, la meigas también son conocidas como curanderas y videntes, y las gentes acuden a ellas con salmos. Generalmente vuelan a caballo de una estaca de las que se usan en los laterales de las carretas o carros (llamadas estadojo).

Tipos: Se dice que hay un gran número de ellas, cada una con diferentes poderes:

Meigas-chuchonas (o chupadoras): Son las más peligrosas, y se presentan con distintas caras o caretas, chupan la sangre a los niños y les roban los untos para ser empleados en la confeccion de pomadas.

Asumcordas o brujas callejeras: Espias de las gente y vigilantes de quienes entran y salen de las casas.

Marimanta: Es la meiga del saco, roba niños y los hace desaparecer.

Feiticeira: Viven cerca de los ríos y riachuelos, aunque anciana, su aspecto no repele, posee una voz muy bella que con sus cantos hinoptiza a los chicos que se acercan al río y hace que se vayan metiendo en el río, donde al fin se ahogarán.

Lavandeira: Esta meiga sorprende al caminante por la noche mientras lava la ropa, invitando a este a que colabore. Esta persona ha de hacerlo pues de lo contrario estará expuesta a serias desgracias. Su aspecto es totalmente común, es como cualquier otra anciana diferenciándose porque las prendas que lavan están manchadas de sangre, a consecuencia, según se dice, de un mal parto. Se dice que la lavandera no pertenece al reino de los vivos y el modo de liberarse de ella es pasar de largo sin dirigirle palabra alguna.

Lobismuller (mujer loba): Tienen que haber nacido en Nochebuena o Viernes Santo, o bien ser la séptima o novena hija de una familia en que todos los hijos son mujeres.

Vedoira: Es esbelta y agradable en el trato. Posee facultades adivinatorias, y son expertas en contactar con el más allá para decir si alguien fallecido está gozando eternamente en el cielo o si aún penan en el Purgatorio.

Cartuxeira: Son meigas echadoras de cartas, que siempre aciertan en sus vaticinios.

Agoreira: Estas meigas envejecen prematuramente, pero viven muchísimos años.

Dama de castro: Estas meigas viven bajo castros milenarios o bajo tierra en un castillo de cristal, llevan siempre un largo vestido blanco de cola y siempre atienden a solicitudes de la gente. Ya que goza de bienestar y fortuna ningún tipo de halago o favor sirven para recibir de ella consejos o regalos; al contrario suele aparecerse a personas afligidas por alguna situación difícil de su vida, y a esas personas de condición humilde otorga sus favores.

Métodos para protegerse de las meigas: Para defenderse de ellas y de sus hechizos existen amuletos que pueden colocarse en las casas o colgarse del cuello del afectado. Estos son algunos de ellos:

Clavar tras las puertas de entrada de las casas herraduras de caballo, murciélagos, espolones de gallo o colas de lobo.

LLevar un diente de ajo, una castaña pilonga o un collar de ramas de muérdago, ajo o conchas.

Tener en casa tierra bendita de los cementerios, sal, tijeras abiertas a los pies de la cama, orina de caballo, cuerdas de ahorcados.

Buscar garras de fiera, patas de ave de presa, piedras agujereadas.

Poseer en forma de varitas, colgantes o pectorales, trozos de azabache, ámbar y distintas piedras capaces de rechazar los venenos y encantamientos.

Es muy popular la frase, «Eu non creo en meigas, pero habelas hailas», que resume a la perfección el equilibrio del carácter gallego entre lo práctico, la incredulidad y el misticismo.

El meigallo es el hechizo con el que se puede librarse de ellas. Se pronuncia esta sentencia, o Desconxuro:

«¡San Silvestre, Meigas fora!»

 

La noche de Halloween (o Samhain) o Noche de Brujas es su noche, el fin del verano, el comienzo de la oscuridad.

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