Una fobia (palabra derivada de Fobos, en griego antiguo ?????, «pánico», hijo de Ares y Afrodita en la mitología griega, la personificación del miedo) es un trastorno de salud emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas, también se suele catalogar como fobia un sentimiento de odio o rechazo hacia algo que, si bien no es un trastorno de salud emocional, sí genera muchos problemas emocionales, sociales y políticos.
A cada uno de estos miedos se le asigna un nombre científico. A continuación algunos ejemplos:
Acrofobia (a la altura), agorafobia (a los espacios abiertos), algofobia (al dolor) androfobia (a los hombres), anteopofobia (a la gente), autofobia (a estar solo) aracnofobia (a las arañas) batofobia (a la profundidad), catagelofobia (al ridículo), claustrofobia (a los espacios cerrados), cinofobia (a los perros), demofobia (a las multitudes), eritrifobia (al color rojo), entomofobia (a los insectos), ginofobia (a las mujeres), hidrofobia (al agua), hipnofobia (al sueño), hodofobia (a los viajes), iofobia (a los venenos), misofobia (a las inmundicias), nictofobia (a la oscuridad), patofobia (a la enfermedad), pedofobia (a los niños), tanatofobia (a la muerte), traumatofobia (a los accidentes), zoofobia (a los animales) y más.
Tratamientos
Terapia de exposición: Poco a poco, los profesionales confrontan al paciente con la situación tan temida.
Desensibilización sistemática: En lugar de estímulos se recurre a la imaginación del paciente, que va proyectando en su mente al estímulo temido.
Terapia cognitiva: Se le da al paciente mucha información sobre aquella situación a la que teme, para que de esta manera vaya cobrando confianza.
Métodos de choque: Terapias conductuales donde se produce una exposición forzada al estímulo, hasta que el paciente controle su ansiedad.
Otros tratamientos alternativos incluyen las terapias con flores de Bach, los libros y grupos de autoayuda y la hipnosis.