El mihrab del templo, esa pieza situada en el denominado muro de la qibla y que en toda mezquita debería servir para indicar al orante la dirección hacia la ciudad sagrada de La Meca (aunque no sea así, exactamente, en la aljama cordobesa). El actual mihrab de la mezquita de Córdoba es fruto de la gran reforma del templo llevada a cabo durante el gobierno del califa Al-Hakam II (961-976). Pese a su reducido tamaño, el mihrab cordobés posee una gran originalidad, nos hallamos ante una habitación de planta poligonal (siete lados) que verticalmente podemos dividir en tres zonas: un zócalo marmóreo, un friso intermedio (con seis arquillos ciegos polilobulados sobre los que se dispone una banda con versículos del Corán) y, por último, una cubierta en la que se ha colocado una bóveda octogonal hecha en yeso y que adopta la forma de una concha (bóveda avenerada).